Como profesional en Comercio Internacional, Sandra se trasladó a Ciudad de México en el 2007 para ocupar un importante cargo como gestora y coordinadora de procesos sociales de impacto. De regreso a Colombia, comenzó su labor gerencial en Buga Abastos donde logró recuperar la buena imagen de la labor agraria del campesino y la importancia que de esta en el entorno nacional.

Con la corporación, ha obtenido financiamiento y cooperación activa con la comunidad internacional para dinamizar los procesos productivos del campo. Dentro de los contactos internacionales figura la organización española Assfa ubicada en Gijón, Asturias, a la cual acudió con el ánimo de conocer y aplicar los procesos en infraestructura y desarrollo comercial que orientan las plazas de mercado en el mundo. Dadas las reuniones realizadas a distancia con Assfa, Sandra se dio cuenta de que la imagen y la perspectiva en el imaginario de europeo de Colombia eran la de “un país analfabeta, lleno de violencia e inseguridad”.

Por ello, Sandra construyó herramientas de difusión sobre la realidad colombiana, mediante un proyecto llamado Colombia, ¿por qué no?, con el cual expuso la realidad nacional, la diversidad ideológica y cultural que se vive en nuestro país. Así, logró que un representante de la Assfa viajara a Colombia para realizar un análisis real del campo, el cual arrojó un panorama diferente, pues posicionó a Colombia como un país interesante para invertir, debido a sus gentes, en especial la campesina.

Sandra González nació en Tuluá, Valle del Cauca, el 14 de noviembre de 1974, es hija de Antonio José González, quien fue una persona comprometida con el trabajo social y comunitario y que quien heredó el amor por el trabajo social, apoyando a las comunidades más vulnerables de Colombia y con una visión por trascender fronteras y ayudar al mundo.

Su carrera profesional la desarrolló en la Universidad Antonio Nariño, en donde estudio Comercio Internacional. Con su labor en Ciudad de México, ayudó a la integración sobre las diferencias entre pandillas juveniles, mediante el trabajo con madres comunitarias en desarrollo de proyectos pedagógicos, empresariales y sociales que permitieron acabar las rivalidades presentes por largos años.