En sus tiempos como catequista conoció a unos niños que se distinguían por su compromiso, sencillez y timidez, pero un buen día dejaron de asistir a sus clases y al ver que al segundo día tampoco fueron al colegio, tomó la decisión de irlos a buscar.

Al llegar al barrio donde vivían sus alumnos, vio que el lugar era de difícil acceso y que estaba lleno de basuras; además, los jóvenes del barrio consumían alucinógenos. Al darse cuenta de que ese era el camino que debían recorrer aquellos niños cada domingo para cumplir su cita con Dios,
Elizabeth comprendió la misión que debía emprender cuanto antes e iniciar un proceso más profundo con ellos, ya que las condiciones en las que vivían eran precarias y no contaban con alimentación, educación, ni una vivienda digna y fortalecer otros aspectos de sus vidas.

Para ello realizó una convocatoria en la zona para que estos pequeños iniciaran su camino en la fe y así nació La Escuelita de la Fe y la Misericordia que apoya la formación de los niños en situaciones de riesgo, a través del acompañamiento emocional y espiritual a más de 100 niños y jóvenes, entre los 3 y los 15 años.

Elizabeth nació en Palmira en 1964, llegó a Neiva muy pequeña junto a su mamá y su hermano. Cuando estaba en el colegio, conoció a quien sería su esposo, después de 6 años de novios toman la decisión de casarse. A sus 23 años terminó su carrera como Licenciada en Preescolar. Trabajó en dos colegios como profesora de preescolar, aprendiendo de los niños y viviendo emocionantes experiencias académicas. Cuando nace su tercera hija fortalece su relación con Dios, debido a que la niña presentaba problemas de salud. En el 2014, su esposo fallece tras luchar contra el cáncer, dejándola con un fuerte dolor y vacío en su corazón, pero tiene en su familia, sus alumnos y su obra el aliciente que la motiva a diario a dar lo mejor de ella para su comunidad.

Es en el año 2015 cuando conoce la comunidad del Bajo Pedregal, donde junto con su grupo parroquial comienzan un acompañamiento espiritual y emocional con niños y niñas en condiciones vulnerables como pobreza extrema, drogadicción, maltrato y prostitución.