El sueño de toda quinceañera era diferente en Laura, pues ella decidió cultivar café en la pequeña finca que su familia tenía prácticamente abandonada, para ello reacondicionó la vivienda que se encontraba allí convirtiéndola en su hogar y epicentro de su proyecto.

Para su sueño consiguió que un conocido se encargara de las primeras adecuaciones de la tierra, pero este trabajador desertó al ver que no había un pago oportuno.

Luego se fue a Calarcá, su pueblo, a contar su historia y buscar apoyo del Comité de Cafeteros, del cual logró recibir sus primeras 5.000 semillas del grano. Sus padres le ayudaron a gestionar dos préstamos, uno para pagar la deuda del trabajador y otro para iniciar con su proyecto.

Con una de las becas que se les otorgan a los campesinos estudió Producción de Cafés Especiales. Además, la Fundación Bolívar Davivienda la escogió, junto con otros jóvenes caficultores de la región, como “semilla humana” para promover la sostenibilidad y empoderar a la comunidad en el trabajo colectivo a partir del café.

Por ello, crea la Asociación Herencia Campesina del Quindío (Herencia 24), con la cual imprime juventud, sabor y tradición a la marca de café, no solo buscan venderlo, sino que presentan un enfoque moderno empresarial de empalme generacional con especial claridad sobre la salvaguarda de la caficultura y los derechos de la mujer, beneficiando cerca de 200 personas.

 Desde que era una niña Laura sentía un fuerte vínculo con la tierra, miraba desde lejos una finca en lo alto de una montaña que pertenece a su familia, pero parecía más un predio abandonado que la seducía a distancia, pues por razones de orden público le impedía visitar el sector.

Cuando era una adolecente su abuela le aconsejó salir del campo para ir estudiar una carrera que le representara más dinero y reconocimiento, porque pensaba que si se quedaba y decidía trabajar en el sector agrícola y agropecuario no lograría sus metas, ni salir adelante. Pero a los 15 años al terminar su bachillerato, tomó una decisión que cambiaría el destino de su familia y el de ella: vivir del café.