A partir sus 15 años, María Flor se dedicó a trabajar con su comunidad indígena de los Monos, donde, junto con sus tíos, fue aprendiendo bailes, comida típica, elaboración de trajes, collares, canastos y todos los instrumentos usados para danzas tradicionales. Sin embargo, a los 19 años de edad tuvo que enfrentar el conflicto armado, el cual la tomó por sorpresa tres veces, ocasionando que abandonara su casa junto con su esposo e hijos. Así fue como llegaron a Leticia y se unieron a la comunidad Monilla Amena.
Desde muy pequeña tuvo el sueño de enseñar a niños, jóvenes y adultos el valor de su cultura, por eso, a sus 28 años terminó el colegio y, a los 30 años realizó diferentes estudios en el SENA Regional Amazonas en modistería de diseño, patronaje en ropa, guianza turística y gastronomía típica amazonense, esto le brindó más herramientas para enseñar sobre sus raíces y costumbres.
En el año 2000 María Flor desarrolló la iniciativa quiero estar aquí, pero viviendo lo nuestro, para materializar su gran sueño: reunir jóvenes en torno a los orígenes, principios y vivencias culturales de su etnia, con el fin de darles nuevas herramientas para el desarrollo de su vida. Es por esto que decide formar un grupo de danza indígena de la etnia Uitoto, llamado Ka+Komuiya Uai, que significa principio de vida, con jóvenes y abuelos del corregimiento que vivían en la parte urbana de Leticia.
María Flor nació el 27 de diciembre de 1972, en la comunidad indígena de los Monos que se encuentra ubicada cerca al río Caquetá, su nombre tradicional es Kuegakuriño que significa “huellas que marca el borugo”.
Actualmente, como directora del grupo de danza, María Flor ha logrado impactar positivamente la vida de aproximadamente 1.260 personas de diversas etnias como los bora, los okainas y los murui. Gracias al compromiso y apoyo que ha recibido por parte de los integrantes del grupo de danza, ha logrado una revitalización y fortalecimiento de los cantos y la lengua, reuniéndose en torno a sus raíces y cultura.
El sueño de María Flor es que, a futuro, estos procesos sean apoyados por alguna organización o entidad del estado, y así poder brindarles a los miembros del grupo la posibilidad de tener un ingreso por su trabajo, dándoles un sustento que beneficie no solo su vida sino la de toda su familia.