PRÓLOGO MUJER CAFAM
Formar parte del premio CAFAM a la Mujer, como su presentadora oficial, era suficiente motivo de orgullo para mí. Imaginen entonces lo que fue ser homenajeada en la pasada versión del premio, el quinto que presentaba al lado de mi esposo Jorge Alfredo Vargas. Jorge resaltaba en su libreto que con dedicación y ética yo enaltecía la labor del comunicador y hacía visible a las mujeres a través de mi profesión. Sus palabras me llenaron de orgullo, pero a la vez, confieso, me sentí poco merecedora de semejante honor. Es que después de haber vivido de cerca estas ceremonias en donde he conocido de primera mano las realidades y testimonios de tantas mujeres valiosas que entregan su vida para sacar adelante sus comunidades y cambiar la realidad de sus difíciles entornos, todo lo que uno haga es poco. Pero fue precisamente detrás de esas palabras que descubrí el verdadero fondo que mueve al Premio Cafam a la Mujer… ¡hacer visible! En este caso la labor silenciosa que cientos de mujeres en el país adelantan sin buscar nada diferente a cambio que el bienestar y el desarrollo de la gente que las rodea… ¡hacerlas visibles! Esa es la clave y la forma de ayudar a que Colombia siga adelante con ellas como motor de cambio y de generación de oportunidades. Esa es la esencia del Premio Cafam a la Mujer.
Fue una ceremonia especial, que removió sentimientos, que tocó fibras y que inspiró a luchar y a hacer cosas que dejen huella. Las mamás de nuestros artistas favoritos fueron homenajeadas por esa labor de impulsadoras de sueños, por su entrega, por tantos sacrificios que hicieron para que hoy Carlos Vives, Maluma, JBalvin, Sebastián Yatra, Fonseca, Gusi, Goyo y Slow sean los mejores embajadores de Colombia ante el mundo. Y junto a ellas, las verdaderas protagonistas del evento, las 30 mujeres de los diversos rincones de Colombia que a través del deporte, la cultura, el conocimiento y con intuición, desapego y amor empoderan poblaciones, sacan adelante emprendimientos, vuelven exitosos proyectos, generan identidad a comunidades olvidadas, devuelven la fe a víctimas del conflicto, a población en condición de discapacidad y a adultos mayores. El mejor ejemplo es, sin duda, la ganadora de esta versión, la mujer que nos enseñó que todos merecemos una segunda oportunidad sin importar cuál sea nuestro error. Johana Bahamón le devolvió las ganas de vivir a más de 12 mil personas privadas de la libertad a través de su fundación Acción Interna.
Gracias doctor Luis Gonzalo Giraldo, Director del premio CAFAM a la mujer, por permitir que año tras año seamos testigos de una ceremonia que nos llena el alma y nos inspira a ser mejores personas, mejores colombianos. Un premio que le pone rostro a la bondad y a la tenacidad de las mujeres que luchan por los más vulnerables, a esas héroes anónimas que con su actuar tocan corazones y cambian vidas.