Cada año desde hace 34 calendarios, nos reunimos a recordar, a conocer y a escuchar las experiencias de mujeres grandiosas como las que hoy exaltamos. Mujeres que hacen un alto en el camino para evidenciar y contarnos que el país está lleno de diferentes realidades, de historias y proyectos que deben llenarnos de orgullo, no solo por su creatividad y perseverancia, sino por lo que significa en la construcción urgente de un país más justo y equitativo. El mundo que estas Mujeres Cafam año tras año evidencian y cuentan, motivan a que otras mujeres agreguen más páginas a la historia social.
Escuchar las experiencias y contribuciones de las candidatas de hoy, invitan a aproximarse a la realidad del país de diferentes formas. El trabajo que realizan estas mujeres abre nuestra mente, amplia nuestro horizonte porque nos permite conocer y entender con distintas perspectivas lo que pasa y como se trabaja en las diferentes regiones y departamentos de Colombia. Las visiones únicas son obtusas y peligrosas por la discriminación, la negación y la invisibilidad del trabajo y de los puntos de vista de diferentes personas, culturas y sociedades.
Nos reunimos entonces para celebrar la existencia del trabajo de estas grandiosas mujeres, y en ellas, el de todas las mujeres que sacan adelante y lideran comunidades enteras, mujeres que cuidan a otros, mujeres que crean empresa, mujeres muchas veces invisibles, que aportan solidaridad a la construcción de una sociedad con más oportunidades de crecimiento para todos.
El trabajo, creatividad y perseverancia de las 26 candidatas que hoy presentan los departamentos, muestran una Colombia más positiva, muestran que el país está lleno de heroínas triunfadoras que con seguridad cambian percepciones y muestran horizontes sociales posibles que nos hacen avanzar en equidad y justicia social.
Invito que la terquedad, y la determinación de estas Mujeres Grandiosas nos contagie, avive nuestra imaginación, y nos inspire a seguir creyendo en este país. Estamos llamados a fortalecer estas iniciativas que hacen que la sociedad sea más equitativa, la sociedad que imperiosamente necesitamos.
El Premio Cafam a la Mujer en su versión 34, quiere además hacer un reconocimiento especial a tres Mujeres Grandiosas en la ruralidad, dueñas de sus propias convicciones, ejemplo de disciplina y coraje; líderes de una comunidad o territorio, transformadoras de entornos y constructoras del tejido social del país desde el campo colombiano.
Las mujeres, lo dice el Banco Mundial, son la columna vertebral de la economía rural, especialmente en los países en desarrollo. Ellas representan casi la mitad de los agricultores del mundo como cuidadoras principales de sus familias y comunidades, y son las responsables de proveer alimentos y nutrición. En otras palabras, son el eslabón que vincula la actividad agrícola con las mesas de los hogares.
La primera de ellas representa a todas aquellas mujeres del agro que se dedican a cultivar la tierra. Ella es Rosa Elena Rojas Rodríguez, miembro de la Asociación Agropecuaria de Mujeres Emprendedoras del Municipio de Sotaquirá (ASOAMMES), dedicada a la producción de papa, mora y hortalizas que se comercializan dentro del municipio y las ciudades principales de Paipa, Duitama y Tunja.
La segunda representa a aquellas que se encargan de comercializar los alimentos cultivados. Se trata de Ginna Alejandra Jiménez Vergara, quien fundó en Toca, Boyacá, el Centro de Trabajo para transformar los productos del municipio, y al hacerlo generó empleo a muchas madres cabeza de familia rurales. En el 2015 creó la plataforma Comproagro.com, que permite tener un contacto directo entre agricultores y compradores con lo que beneficia a cerca de 28.000 personas. En el 2019, Ginna Alejandra fue representante a Mujer Cafam Boyacá y Segunda Mención de Honor.
La tercera mujer encarna a todas aquellas que, con su creatividad, investigación y compromiso, a partir de la filosofía del ciclobioma, tiene como herramienta a la gastronomía para impulsar el desarrollo social y económico de las comunidades indígenas y afrocolombianas. Es Leonor Espinosa, chef, escritora y empresaria colombiana, quien el año pasado obtuvo el premio a la mejor chef femenina del mundo, según el listado de los 50 mejores restaurantes del mundo, que elabora una importante revista británica.
A ellas tres y a todas las mujeres que ellas representan les decimos gracias, muchas gracias, por su dedicación, creatividad y entrega. Su trabajo y liderazgo merecen muchos reconocimientos y distinciones. Nuestra gratitud es la del país.
Finalmente, agradezco a todos los que nos acompañan en este día tan especial y a todos aquellos que nos apoyaron para hacer posible este Premio que es uno de los más importantes del país, destaco la colaboración de las Cajas de Compensación, Clubes Rotarios, medios de comunicación y patrocinadores.
Especial mención para el inmejorable jurado del Premio: María Luisa Mesa, María Teresa Peresson de Riaño, Juan Lozano, Germán Santamaría y Monseñor Rafael Ignacio Cotrino Badillo, algunos de ellos con más de 25 años de estarnos acompañando en este difícil trabajo de seleccionar las mejores historias de vida y las mejores obras de las Mujeres Cafam.
No podíamos terminar esta intervención, sin participarle a este calificado auditorio del reconocimiento internacional que este Premio recibió en días pasados en la ciudad de Viena, otorgado por la Escuela Global para Líderes de Gobierno y Empresa, en cabeza de Martha Lucía Merchán Sierra, artífice y animadora de él. Buena parte de los 34 años de vida del Premio Cafam a la Mujer, y su reconocimiento nacional, se deben a ella. ¡Gracias Martha Lucía!
Muchas gracias a todos por su presencia en esta ceremonia. A las Mujeres Cafam toda la gratitud por lo que hacen con tanta entrega y sacrificio personal, Dios y el país se lo reconocen. ¡Gracias!