Además, Córdoba es el epicentro de uno de los ritmos más representativos de la música colombiana, el porro, un ritmo que es hijo de la cumbia en el cual que se presentan los elementos africanos y españoles. Ese ritmo representa la poesía, junto con la imaginación, que evoca la vida en medio del amor, la esperanza, las tristezas, la ironía, la pasión y la lealtad que se convierten, en muchas ocasiones, en una forma de expresar los sentimientos de cada uno de los habitantes de esta zona del país.
A este maravilloso sitio lleno de encanto llegó Ruth en el año 2002 para desarrollar, tal vez sin saberlo, la labor que es el epicentro de su vida y que sirve de escenario para contribuir a erradicar el hambre.
Ruth provenía de Fusagasugá donde sea realizaba labores sociales desde su visión como acólita, labor con la cual se dio cuenta que ayudar a los demás es una de las satisfacciones más grandes que puede sentir el ser humano; allí, con las monjas, aprendió varias labores como bordados y tejidos, los cuales donaba en favor a los demás.
Ya en Montería, siguió adelantando esta labor desde que se radicó en la margen izquierda de Rancho Grande, donde se dio cuenta de las falencias que se presentaban debido al hambre, la pobreza, la violencia contra la mujer, la deserción escolar, la falta de oportunidades laborales y de educación.
Esto generó en Ruth la necesidad de fortalecerse y capacitarse, con miras a mejorar y transformar la calidad de vida de niños, jóvenes y mujeres de la ciudad de Montería, que no tienen oportunidades para superar esta problemática.
Gracias a esto y a las enseñanzas de su abuelo José Joaquín Villarraga, un trabajador que ayudaba a los demás, Ruth creó la Fundación un Granito de Arena por Colombia, con la que, a través de la recolección de alimentos, trabaja en la prevención del hambre y de la violencia para que las personas que impacta, logren un mejor modo de vida y puedan proyectarse como personas funcionales para el país.
El programa bandero de la Fundación es “Yo no desperdicio”, con el cual busca aportar a la paz de Colombia fortaleciendo el sistema alimentario, para que ayude a la nutrición y a la prevención de la violencia en familias vulnerables. Ese programa se fundamenta en la Ley 1990 del 2019, Ley Anti-desperdicio, que busca promover el aprovechamiento de alimentos para mitigar la subalimentación, que lleva al retraso del crecimiento, y la mortalidad infantil en la infancia y en la etapa de gestación.
Uno de los mayores retos para este programa, sobrevino con la pandemia por la Covid-19, tiempo en el que la Fundación brindó alimentos a más de 60.000 familias gracias a la donación y de infinidad de personas, así como al apoyo de la Policía Nacional y el Ejército Nacional. Además, desarrolla acciones en pro del reciclaje, un mejor uso de los recursos naturales y de los alimentos, a través de capacitaciones, talleres, simposios y emprendimientos.
Ruth desde muy pequeña se dedicó a ayudar a los demás, gracias a las enseñanzas de las monjas de Fusagasugá. Es fundadora de la Red Latinoamericana Funimujer y Mundial, una iniciativa que busca unir esfuerzos, trabajar en unión y en red para Colombia y otros países en beneficio de las familias vulnerables.
DATOS DE LA OBRA SOCIAL
Fundación con un granito de arena por Colombia ONG – Programa pionero «Yo no desperdicio» – Convenio CEPRODENT
Correo electrónico: funearenacolombia@hotmail.com